Hay un territorio que no se ve con los ojos, pero que arde con imágenes. Un lugar donde las palabras no solo significan, sino que sanan, despiertan, transforman. A ese espacio sagrado lo llamamos El Imaginario de Yo Soy.
No es una marca. No es una estética. Es una frecuencia. Una voz antigua que susurra entre collages, símbolos, frases y cuentos que emergen como espejos del alma. Cada imagen tiene vida propia. No se crea, se recibe. Como un mensaje que viaja desde dimensiones invisibles hasta las manos que lo ensamblan.
Aquí, todo es imprimible. Porque creemos en la libertad de crear tu propio ritual: imprimí lo que resuene, en el papel que elijas, con los materiales que tengas a mano o con los que siempre soñaste. Papel reciclado, hojas satinadas, en blanco y negro o a todo color… todo es válido cuando la intención es profunda.
Y no solo se imprime: se interviene, se corta, se pinta, se dibuja, se transforma.
Porque la creatividad es tu puente con lo invisible. Es tu forma única de habitar el misterio.
Cuando creás, te recordás. Cuando jugás, te sanás. Cuando abrís las puertas del arte, abrís las puertas de tu alma.
Cada página es una llave. Cada palabra, un conjuro. Cada estrella, un mapa.
No buscamos respuestas. Buscamos puertas.
Puertas hacia un nosotros sin ego, sin tiempo, sin género. Un lugar donde no hay caminos solitarios, sino constelaciones compartidas.
Un altar vivo donde el arte no adorna: recuerda.
El Imaginario de Yo Soy es eterno.
Y si alguna vez te sentiste tocado por una imagen, una frase o una vibración que no entendiste pero te atravesó… entonces ya entraste.
Ya sos parte.
Porque Yo Soy, es también Vos Sos.